Los inicios de la metalurgia del cobre se sitúan en la Península Ibérica en torno a la mitad del III milenio a.C. y su aparente generalización se producirá con la denominada cultura del "Vaso Campaniforme", nombre dado a un tipo cerámico de forma acampanada que aparece siempre acompañado de otra serie de elementos como son el brazalete de arquero, el botón con perforación en forma de "V", etc., hallados fundamentalmente en contextos funerarios.
Entre las principales innovaciones que se introducen;
- Agricultura: se introducen los cultivos de regadío, los abonos, el arado,...
- Ganadería: se produce una intensificación.
- Se inventa la rueda y la vela.
- Se produce un aumento de la población que da lugar a la aparición de poblados fortificados.
La existencia de varios yacimientos calcolíticos en la comarca de los Montes de Toledo, refleja la importancia de la ocupación humana durante este periodo. Un ejemplo es el del cerro de El Guijo en el término municipal de Mazarambroz, cuya ubicación se ha relacionado con la explotación de minerales del cobre. A su vez, existen otras áreas con abundancia de ocupación en este periodo, como es el caso de los yacimientos situados en los márgenes del río Algodor, sobre todo en los términos municipales de Los Yébenes, Mora y Manzaneque.
Tampoco nos podemos olvidar de áreas como un marcado carácter estratégico en el poblamiento como Consuegra, San Martín de Montalbán, Las Ventas con Peña Aguilera, donde estos yacimientos se han caracterizado por su ubicación en cerros elevados, con fuerte pendiente y difícil acceso, relacionado con actividades de pastoreo, agricultura, caza, recolección y un creciente interés por el mineral.