Hace bastantes años, existía la tradición o costumbre, de que el último día de la recogida de la aceituna, campaña que podía durar dos o tres meses, dependiendo de la cosecha, los propietarios de gran número de olivos invitaban, a cuantas personas habían participado en la recogida del fruto, a una comida en el campo o una cena en la casa del dueño, organizándoles bailes hasta altas horas de la noche y engalanando con ramos de olivos los carros o galeras que días antes habían servido para trasportar el fruto desde el olivar a la almazara, así de esta forma celebraban el final de la recolección de la aceituna.
Fue un moracho y agricultor, quién tuvo la iniciativa de celebrar o festejar el final de la recogida del fruto de una forma colectiva, en lugar de individual como se venía haciendo, propuesta que elevo al ayuntamiento y que se puso en práctica en el año 1.957. Por vez primera y con carácter local se celebro la FIESTA DEL OLIVO celebrándose un desfle de carrozas y carros engalanados, que en sus inicios tuvo lugar en el mes de marzo. Hoy en día la festa se celebra el último fin de semana de abril.
A partir de entonces poco a poco la Fiesta del Olivo fue tomando auge a nivel provincial y nacional, lo que originó que por el entonces Ministerio de Información y Turismo se le otorgara la categoría de Interés Turístico.