Navahermosa localidad de contrastes, entremezcla lo antiguo y lo moderno logrando una perfecta armonía. Se enclava en el puro somontano Toledano, llanura al pie de las cadenas montañosas de los Montes de Telegrajo y hacia el norte formaciones de raña y planicies ocres salpicadas por el negro de los olivares y las encinas.
Limitando al norte con San Martín de Montalbán, al este con Menasalbas, al sur con Hontanar, y al noroeste con Villarejo de Montalbán, dista de la capital unos 50 kilómetros y se accede a él por la CM-401.
Asimismo podemos encontrar sierras y macizos cubiertos de bosque y matorral mediterráneo que dan cobijo a gran variedad de aves y mamíferos Entre las aves podemos destacar grandes rapaces como el águila y el buitre; mamíferos como el ciervo, corzo, zorros o jabalí, así como conejos y liebres y en general, una rica fora con una gran variedad de árboles y arbustos, como la jara, encinas, alcornoques.Además, una de las épocas más apasionantes para adentrarse en la localidad de Navahermosa, es la época de la berrea del ciervo, en las primeras lluvias de otoño.
Entrando en la localidad, por el viejo Camino de Toledo, encontramos la Ermita de San Sebastián, la cual aparece por primera vez documentada en 1576. Fue reedifcada en 1671 tal y como se conoce hoy, es de planta rectangular y fue realizada en fábrica de mampostería.
Al oeste, cruzando la gran avenida, encontramos la Casa Consistorial sobre la que se levanta la gran Torre del Reloj.
Al este, a través de sinuosas calles, vislumbramos la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel construida sobre una iglesia anterior del siglo XV. Hernán González, discípulo de Covarrubias será el que construya la actual en 1563, continuando su labor Nicolás de Vergara que construyó la nave central. Destacan las cinco cúpulas, la mayor de forma oval en el crucero, otras dos barrocas con relieves en los camarines y las más sencillas en las capillas laterales. La torre construida a fnales del siglo XIX sustituye a otra diseñada por el arquitecto del arzobispado Leonardo Clemente en 1827. Enriquecida con un magnífco retablo barroco con lienzos de Carreño Miranda y un crucifjo de Montañés, todo desaparecido durante la Guerra Civil. Posteriormente se dotará con un retablo lateral de German López, el gran maestro de la imaginería barroca toledana del siglo XVIII y una talla de San Benito. Destacamos también un Cristo crucifcado de la escuela madrileña del siglo XVIII. Del convento de Las Comendadoras de Santiago de Toledo procede el magnífco órgano barroco fechado en 1775.
Situado a unos dos kilómetros al este de la población, en lo alto y siempre vigilando, se levantó sobre uno de los dos peñascos de cuarcita o dos rocas hermanas uno de los castillos más antiguos de la provincia de Toledo. El Castillo de Dos Hermanas fue edifcado entre el siglo XII y XIII y a sus pies discurre un pequeño arroyo, el Merlín. En su cercanía se produjo un sangriento enfrentamiento entre las órdenes de Alcántara y del Temple. Cuenta la leyenda que entre las viejas murallas se encuentran encantadas dos hermanas moras, que la madrugada del día de San Juan pierden el encantamiento y bajan a lavarse al arroyo, después regresan a su interior.
Desde aquí, subiendo a la serranía que rodea el pueblo y cruzando un riachuelo nos encontramos con la Ermita de Nuestra Señora del Milagro, "La Milagra", donde se celebra la romería el tercer domingo del mes de mayo. Hay evidencias desde el 1680 que nos hablan de una ermita en el mismo lugar del valle. La ermita fue reconstruida en el año 1944 tras su destrucción en la Guerra Civil.
Navahermosa invita a los amantes de la naturaleza, los animales, y el senderismo a perderse por sus amplias llanuras y sus altos cerros.
Es por todos conocidos el excelente aceite de renombre de la localidad. Además se podrá degustar una exquisita comida típica de la Comarca de los Montes de Toledo, como el venado, la perdiz estofada, caldereta de cordero, con una gran variedad de exquisitos quesos manchegos. todo ello regado con una buena selección de vinos de la comarca.