Santa Ana de Pusa, es una pequeña localidad situada en el límite entre las Comarcas de los Montes de Toledo y la Jara. Se encuentra enclavada en el valle del río Pusa, confiriéndole una extraordinaria belleza paisajística. Para llegar al municipio, salimos de Toledo por la carretera CM-401 y tras recorrer unos 80 kilómetros y atravesar los municipios vecinos de Polán, Gálvez, Navahermosa y Los Navalmorales, nos adentramos en Santa Ana de Pusa.
Hallazgos arqueológicos testimonian que este territorio ya era conocido por los hispano-romanos, visigodos y musulmanes. Sus primeros fundadores fueron Diego García de López y Blas Muñoz en el 1522, en el paraje conocido como El Canchar. Fallecidos éstos, el señor de Valdepusa en 1524 funda un caserío y deseando repoblarlo concede carta puebla a veintidós vecinos de Magán, el 16 de octubre de 1526, que denominaron el lugar como "Santa Ana de Bienvenida". Es el último de los pueblos fundados en Valdepusa. El lugar de Santa Ana pasa a depender de San Martín de Pusa; denominándose a partir de finales del siglo XVIII "Santa Ana de Pusa".
Paseando por el municipio encontramos la Iglesia Parroquial de Santa Ana, edificio de planta de cruz latina con una sola nave y capillas en el transepto. Su fábrica es de aparejo toledano con zócalo de sillares de granito. La primera edificación parece ser del siglo XVI, aunque la construcción actual corresponde a épocas posteriores. En el interior destaca su cubierta con vigas de madera y artesonado que cubre el ábside.
Cercana a la Iglesia, la Ermita del Cristo de la Salud nos recuerda que tiempo atrás en este lugar se ubicaba un cementerio. Cuenta con una sola nave cuadrada de techo plano; en la portada aparece un arco de medio punto realizado en ladrillo e impostas. En su fachada, una espadaña construida en ladrillo se encuentra rematada con una cruz de forja.
Para completar la visita, nos dirigiremos al Museo Etnológico "El Canchar", cuyo propósito principal es mostrar y difundir la forma de vida, costumbres, economía y demás aspectos de la vida de los habitantes del municipio y de la comarca.
Siguiendo el camino de Talavera, al oeste del casco urbano, encontramos el Puente del Pusa. Fechado en 1852 consta de tres ojos, siendo de mayor tamaño el central; con arcos rebajados construidos en ladrillo sobre machones centrales de perfil semicircular de mampostería.
En este punto el viajero puede iniciar diferentes rutas de senderismo, para así contemplar la belleza que encierran los paisajes de su término municipal. Desde el puente y siguiendo el margen del río Pusa hacia el Norte, la ruta recorre el antiguo molino, la presa del Tío Pollo, la presa nueva, los meandros entres riscos y encinas hasta el puente de Calamocha en los linderos del término municipal. Otra opción es seguir el margen del río Pusa hacia el Sur, pasando así por la llamada Estrechura, el charco de La Jesusa, las Tablas del Andariego, el charco del Inferno, la Cueva de Moraleda, las Hoces y el charco de Los Carrizos.
En lo referente a la gastronomía local destacan las gachas, las puches, el ajocano, las rosquillas de sartén, el roscón de San Sebastián, los pelegrinos y el rinrán. No podemos dejar de hacer una mención especial al buen aceite de oliva que produce la Cooperativa Local del Campo.